sábado, 15 de enero de 2011

POBREZA





La pobreza es un tema de contingencia mundial, que no escapa ni a la política, ni a los credos religiosos, ni culturas, ni sociedades; este flagelo de una manera directa o indirecta ha estado presente, está y estará presente en los anales de la historia
Pobreza es la carencia de recursos necesarios para satisfacer  las necesidades de una población o grupo de personas específicas, sin que éstas puedan tener la capacidad y la oportunidad de producir esos recursos necesarios. La pobreza es carencia de recursos para poder vivir, si un recurso es faltante, el mismo cae en la categoría de característica. Por eso algunos estudios arrojan que la pobreza es relativa.
Si bien es cierto que el mundo ha progresado proporcionalmente más en los últimos  cincuenta años que en toda la historia, no es menos el hecho de que la desigualdad entre las naciones es una de las características que mejor define al mundo contemporáneo.
Este fenómeno se traduce, sobre todo, en las grandes diferencias existentes entre los pueblos, en el acceso a los bienes y servicios básicos, y es consecuencia de los procesos económicos que, con diferentes resultados, se han experimentado en las últimas décadas.
Las cifras de personas que carecen de lo básico con un mínimo que garantice un nivel elemental de salud son altas. Millones de seres humanos no tienen acceso a agua potable; carecen de vivienda estimable; existen millones de personas mal nutridas, de los cuales 200 millones son niños menores de cinco años, millones de personas padecen de anemia por falta de hierro; millones de personas no tienen acceso a los servicios básicos de salud; 2.000 millones de personas  carecen de acceso a los medicamentos  esenciales. Para resumir, nada menos que el 80% de la población mundial vive en la pobreza. Cabe destacar que la falta de salud no es ni causa ni efecto de la pobreza, es un componente más de la misma, un hecho sustancial a ella y un parámetro que, quizás como ningún otro, ayuda a identificarla.
Tomando en cuenta lo anterior se puede manifestar, que la pobreza tiene características que no son ni más ni menos que sus cualidades intrínsecas y va arraigada y sujeta de uno u otro reglón socioeconómico.





La globalización, como fenómeno, arroja, entre otros, un efecto inesperado, o sea que la población de los paises pobres conoce perfectamente la riqueza y el desahogo con que se vive en otros lugares del mundo y es consciente de esas desigualdades. Se globalizan la información y las corrientes financieras, pero no los derechos de la gente, ni el desarrollo humano, ni el bienestar. Este conocimiento de la desigualdad, una vez referido a la propia situación de carencia de bienes y servicios básicos, es generador de frustración,de actitudes desesperadas, de odio, de integrismo y de violencia, hasta de racismo, y no son pocos, o sea nada menos que 3.000 millones de seres humanos pueden sufrir hoy en el mundo este sentimiento de injusticia.
Según varios autores y estudios del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, y el Fondo Monetario Internacional, existen dos tipos de pobreza base; las cuales poseen sus propias subdivisiones:



A lo largo de los años 90 este proceso de desigualdad mundial se fue agudizando y definiéndose geográficamente, de tal manera que situar en el mapa los conflictos y guerras abiertas actualmente en curso, es superponerlos a las zonas cuyas carencias hemos descrito anteriormente( Actualmente Afganistán, India,Pakistán, Colombia, Venezuela).
Algunas investigaciones recientes parecen demostrar que los principales factores que intervienen en los conflictos actuales tienen que ver con las dificultades económicas, los problemas de acceso a la propiedad de la tierra en el mundo rural, la religión y la inestabilidad política. 







Las condiciones en que se encuentra un gran número de personas, son tales, que ofende su dignidad y comprometen el auténtico progreso de la comunidad mundial. Las desigualdades entre pobres y ricos se han hecho más evidentes.
Urge trabajar en comunión entre los pueblos para lograr globalizar la solidaridad, el respeto por el hermano, por el débil, por el indefenso, urge trabajar por volver a ser verdaderos seres humanos.
La lucha contra la pobreza necesita hombres y mujeres que vivan en profundidad la fraternidad y sean capaces de acompañar a las personas, familias y comunidades en el camino de un auténtico desarrollo humano.






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